En torno a las tres de la tarde, hora de salida prevista de “La Expiración”, la Banda de Cabecera se encontraba ya en la Plaza de San Francisco, dispuesta a iniciar la estación de penitencia. Unas gotas de lluvia que cayeron en ese momento obligó a la Junta de Gobierno de la Cofradía a decantarse por agotar las dos horas de margen que las Hermandades tienen para decidir si, finalmente, realizan o no estación de penitencia. Con el plazo cumplido, a las 17:00 horas se confirmaba la salida, que se producia bajo una cierta nubosidad que amenazaba con descargar agua en cualquier momento.
La lluvia respetó la celebración de la Ceremonia de la Expiración, la cual concentró a cientos de linarenses deseosos de vivir una buena tarde de Viernes Santo. Sin embargo, tras la finalización el acto, las amenazas de las nubes se cumplían, arrojando gran cantidad de agua con cierta intensidad. La procesión se descompuso en ese momento: el trono del Cristo fue trasladado hacia la parroquia de San Francisco de Asís y el de la Virgen de la Esperanza fue llevado rápidamente por sus horquilleros hasta la Casa de la Hermandad, donde permaneció a salvo de una lluvia que continuaría cayendo de forma intermitente a lo largo de la tarde.
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