Un día para recordar siempre. El 11 de octubre de este 2015, tuve la suerte de ser costalero de la Virgen de la Amargura de la ciudad de Écija, en la procesión Magna que allí se celebró y en la que salieron a la calle 18 imágenes de la Virgen María en distintas advocaciones.
Se presagiaba un día duro bajo el paso, y así fue, pero la cuadrilla apretó los dientes y la Virgen de la Amargura se paseó como merecía. Tuve la suerte de coincidir en la cuadrilla con otros compañeros míos de otra cuadrilla, la del Santo Entierro de Dos Hermanas, con los que pasé una gran tarde de relevo en relevo.
La lluvia intentó aguar la tarde, pues cuando iba a salir el paso a la calle empezó a diluviar, pero seguros de que solo era una nube, tras unos 10 minutos de espera, el capataz llamó al martillo para que todo empezara. A mitad de la procesión la lluvia volvió a aparecer, pero por suerte no fue por mucho tiempo y ante el saber estar del cortejo, se siguió hacia adelante. Agradecer desde aquí a José Antonio Fernandez el hacerme un hueco en su cuadrilla.
Como he dicho, un día para recordar, al que puso música, ni más, ni menos, que la Banda de Música del Carmen de Salteras.
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