Hay que saber estar y cada vez más con el tiempo, hay personas que no saben estarlo. Hay que saber diferenciar ante que estamos, porque no todo es una romería. Hay que saber expresar el amor hacia una imagen y hay ciertos momentos en que algunos o algunas, se dejan llevar demasiado por la euforia.
Como digo, desde hace un tiempo, ya años, se está viendo
delante de los pasos, en directo y en vídeos, personas alentando de forma
vigorosa o demasiados entregados ante esa imagen, con formas, piropos y gritos, que están totalmente, fuera de tono, mientras miran de reojo a la gente de alrededor a
ver si le siguen la jarana.
Parece ya una moda, que menuda moda.
A los pasos hay que recibirlos, con respeto, con aplausos o en
silencio, con “vivas” en algunos casos, pero con respeto y saber estar. No todo vale para piropear a una imagen o para arengar a una cuadrilla.
Habrá quien dirá que lo hace con respeto, pero no, se está
viendo en algunas de las últimas salidas procesionales, que no es el tono correcto como para vitorear ante una imagen o un paso, como si fuera la romería
del pueblo más cercano, donde, en ellas, si se puede decir que es costumbre ver
algo así, aunque también hay que saber donde se está.
No se si estas personas buscan la gracia, el protagonismo o
son así en su día a día… Pero ya es demasiado la que lían algunos o algunas
delante de “sus” imágenes.
Este fin de semana se volvieron a escuchar esos gritos fuera
de tono en la salida extraordinaria de la Virgen de los Dolores de la Hermandad
del Cerro de Sevilla, por las calles de su barrio. De categoría Ella, su
cuadrilla y su gente, o casi toda.
Por favor, volvamos a lo sencillo, a lo respetuoso, a lo decoro…
Que ya algún costalero les replicó… “Dejarse ya de los chillios… Que venís
preparaos con to el repertorio…” Y el repertorio que lo lleve la banda, no
ustedes.
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