Hoy cumple un año este mi blog y que rápido pasó. Un año que ya cuenta los días que quedan para el primer ensayo, para la primera noche bajo esa parihuela que me vio crecer, con ese costal que sabe de mi más que nadie. Un año en el que intenté dejar constancia del día a día de mi vida cofrade.
Un año en el que pasé muchas horas aquí delante escribiendo, dejando ver mis sentimientos, recordando viejos momentos y viviendo otros nuevos. Un año que la lluvia marcó, que muchos kilómetros a Córdoba y Sevilla recorrió. Un año que ya casi acaba y que lleva casi un año esperando para pasar, a veces lento, a veces rápido, pero que pasa para contar otro año. Un año que dejará paso a otro gran año, porque vaya año me espera.
Un año que se va y que nunca olvidaré, entre otras cosas, porque nunca podré olvidar cuando mi capataz me dijo en una noche de ensayo “Mota, esto va por ti, Mi Cristo de Bronce” y sonó Mi Cristo de Bronce, aunque mi Cristo de Bronce no salió a las calles y mi Oración se tuvo que volver bajo una nube de agua, cuando ya esperaban los segundos para subir a pulso en la Calle Rosario. Un año por lo bueno o por lo malo, pero sobre todo por lo verdadero, por una Esperanza que me da la vida o por el brillo de la luna en esos ojos que me cautivan. Por tu sonrisa que siempre está y su inmensa alegría.
Por cualquier segundo que pase o por cada visita. Por cualquier noche o día que visitasteis este resumen de mis días, gracias.
De veras, que GRACIAS.
(30194 visitas)
Un año en el que pasé muchas horas aquí delante escribiendo, dejando ver mis sentimientos, recordando viejos momentos y viviendo otros nuevos. Un año que la lluvia marcó, que muchos kilómetros a Córdoba y Sevilla recorrió. Un año que ya casi acaba y que lleva casi un año esperando para pasar, a veces lento, a veces rápido, pero que pasa para contar otro año. Un año que dejará paso a otro gran año, porque vaya año me espera.
Un año que se va y que nunca olvidaré, entre otras cosas, porque nunca podré olvidar cuando mi capataz me dijo en una noche de ensayo “Mota, esto va por ti, Mi Cristo de Bronce” y sonó Mi Cristo de Bronce, aunque mi Cristo de Bronce no salió a las calles y mi Oración se tuvo que volver bajo una nube de agua, cuando ya esperaban los segundos para subir a pulso en la Calle Rosario. Un año por lo bueno o por lo malo, pero sobre todo por lo verdadero, por una Esperanza que me da la vida o por el brillo de la luna en esos ojos que me cautivan. Por tu sonrisa que siempre está y su inmensa alegría.
Por cualquier segundo que pase o por cada visita. Por cualquier noche o día que visitasteis este resumen de mis días, gracias.
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