Hoy es el día del padre y mi padre ya no está...
Pero estuvo ahí asomado al balcón el sábado cuando llegamos a San Francisco...
Viéndonos en el ensayo, como cuando yo era un crío y bajábamos al parque del Anibal, que por aquel entonces los pasos de la Hermandad de la Oración en el Huerto de Linares ensayaban allí, justo en frente de mi casa, hace ya, más de 20 años...
Estaba ahí, cerca de aquella luna, viendo de nuevo a su amigo Isacio Ocaña mandar la cuadrilla en que la que su hijo creció como costalero, en la cual dejó a más amigos como Nicolas Hidalgo.
En San Francisco... Donde escuchó su última misa vestido de nazareno... Porque aunque esto no lo sabe mucha gente, mi padre, Alfonso Mota, fue enterrado con su túnica de la Amargura y la del Nazareno, ambas, que guardó toda la vida en el armario y ambas, se las llevó a los cielos, junto a su Nazareno y su Virgen de la Amargura.
Nunca olvidaré aquel año, aquella chicotá, aquella calle los Riscos de aquel Lunes Santo en que el paso tardaba mucho en levantar y es que Isacio, hizo bajar a mi padre de un balcón donde él estaba y lo mandó llamar...
No era ni fue la primera vez que mi padre, como capataz, llamaba a ese paso por petición de Isacio, pero si fue la única que yo estuve debajo y nunca se me olvidará...
Ni se me olvidará el gesto de aquel patero, Nicolas, alargando el brazo bajo el faldón y agarrándole la mano a la vez que lo llamaba "maestro". A mi, como ahora mismo, se me caían las lagrimas como a un niño pequeño, mientras quien iba a mi lado de costero, Patachula, me intentaba consolar.
A veces, cuando quiero escucharlo, me pongo una entrevista de aquellos primeros años de SER COFRADE, en la que Nicolas Hidalgo entrevistó por última vez a mi padre, días después de que lo operaran a vida o muerte por un cáncer, el cual pudo superar en cierto modo, y en la que interviene su también amigo Carlos Chamorro Perez, en la que hablan de aquel primer saludo que hubo en Linares entre dos pasos, entre Amargura y Mayor Dolor.
Años que no volverán a pasar, pero que nunca se me olvidarán...
Mi padre, ains mi padre, que me gustaría que me escuchara bajo el paso cada vez que suena "Mi Cristo de Bronce", aunque seguro que a veces me salen las cosas tan bien, porque él está cerca de ese Cristo de Bronce.
Hoy es el día del padre y aunque no está en la tierra, espero que sienta desde allí cada palabra que digo bajo el paso en la que intento dejar todo el sentimiento que en mí guardo, porque él es el mayor culpable de que yo sea costalero y me guste todo esto como me gusta...
Nunca olvidaré lo que se podía leer en aquel ramo de flores que te esperaba en el cementerio en el cual ponía "TUS COSTALEROS DE NTRA. SRA. DE LA AMARGURA"...
Todo el agradecimiento hacía tu vida como cofrade y como capataz, plasmada en una frase, de tu gente de la Amargura.
El fue quien sembró esa semilla cofrade que luego en mi creció.
Va por ti, Papa, "Mi Cristo de Bronce"
"Te espero en San Francisco, el Lunes Santo."
Benditos sean los que propagan el veneno más bendito...
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