(Cuando pasa Navidad y queda menos)
Tengo ganas de llorar, de llorar de la emoción que me inunda, que hace un rato me llenó el corazón de recuerdos y que ahora mismo recordando me llena hasta el alma. Emoción, de ver como pasan estas fechas, de ver como la vida misma pasa y de ver, como sin querer, pero deseándola, llega esa gran Semana. Estoy escuchando esos villancicos que cada Navidad, y a veces, de tanto que me gustan, sin ser Navidad, suenan aquí en mi casa, sonando de las notas más flamencas y sevillanas que puede haber, que no son otras que las de los panderos y las trompetas de Virgen de los Reyes, que son las mismas que por estas fechas ya pasadas, tocan para celebrar el nacimiento de Jesús, villancicos por Sevilla, al igual que más tarde, tocarán para conmemorar su Resurrección, marchas por Campana de madrugada y son las que le dicen con sus sones al Giraldillo, que no este triste aunque esta Navidad ya pasó, que sonría, que ya se acerca, que ya esta ahí, que ya mismo es, Semana Santa…
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