Y bajó de su cielo, un año más, para que Sevilla la pudiera ver más de cerca, más aún y poder besar su mano, para poderla alabar a los pies de su tierra, porque es suya, esa que dicen que es de María Santísima, que es su Sevilla.
Bajó de su cielo y le dio a su ciudad, a su pueblo, a su gente, el honor, la suerte, la oportunidad que nunca se olvida, esa que en mí se quedó con las ganas, esa que llevaba un año esperando aquí en mi Linares y que tendrá que seguir esperando, porque me voy a quedar con las ganas de estar allí y ponerle besar, como a una reina, su bella y bendita mano.
Que disfruten los que puedan, los que puedan verla cara a cara sobre su tierra bendita, los que puedan besar su mano, esa que ojala siempre estemos bajo ella, esa que siempre nos tenga a su vera, esa que nos de cobijo, esa bendita mano, porque DIOS TE SALVE¡ REINA Y MADRE¡
Un día le dije a un amor que tuve, “hay una Esperanza que me tiene enamorao”, y esa Esperanza es la que me da vida y se llama, se llama Macarena.
(Esta entrada se la voy a dedicar a una persona que ha coincidido que me ha llamado hace un rato, porque él también es Macareno y para que la Esperanza siempre lo tenga bajo su mano tanto a él, como a toda su familia. Que la Macarena te guarde por muchos años, Capataz¡)
Foto: Juan Carlos Muñoz
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