Mereció la pena estar allí. Todos los que pudieron vivir la procesión de regreso de la Virgen de Regla por Madrid tras participar en el vía crucis organizado con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud podrán contar que fue algo extraordinario y nunca visto hasta ahora. La nutrida representación sevillana que acompañaba a la Virgen, entre los que había políticos, hermanos mayores, sacerdotes, cofrades, periodistas... estaban alucinados con la acogida dispensada por el público madrileño y por los miles de peregrinos que abarrotaron todas las calles por donde tenía que pasar el paso de palio, especialmente hasta la llegada a la Puerta del Sol.
Fue un acontecimiento único que nunca nadie pensó que iba a vivir. La frase más repetida era: "Quién me iba a decir a mí que yo iba a ver un paso de palio de Sevilla por la calle Alcalá...". El palio se fue gustando durante el camino. La banda fue interpretando una marcha tras otra. Los costaleros de Pepe Monge simplemente lo bordaron. Y todos los que estaban allí no pudieron evitar emocionarse. "Esto es lo más bonito que he vivido yo delante de un paso de palio", comentaba un responsable de prensa del Ayuntamiento de Sevilla. Se vivieron momentos únicos e irrepetibles que quedarán para siempre en la memoria de los que pudieron verlo.
El paso salió de la Cibeles a las 22:00. Fue el primero en abandonar la plaza. La primera levantá la hizo el cardenal de Viena. En la presidencia figuraban el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo; el obispo auxilar, Santiago Gómez Sierra; el alcalde, Juan Ignacio Zoido; o el delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, entre otros. Muchos hermanos mayores también estuvieron presentes representando a sus hermandades.
Tras una primera chicotá, la Policía hizo que se detuviera el cortejo. Al parecer, algunos indignados del 15-M habían burlado el cordón policial y habían montado una protesta anti papa en Sol, lugar por donde deberían pasar todos los pasos. Fueron momentos de incertidumbre y de cierto nerviosismo. Nadie sabía muy bien qué pasaba. Los representantes de las 15 hermandades que participaron en el vía crucis se reunieron con las fuerzas de seguridad para analizar qué se hacía.
Tras 20 minutos de parón, la Policía había conseguido dispersar a los manifestantes y se pudo reanudar la procesión. Y que mejor que a los sones de Coronación de la Macarena. El tránsito por la callé Alcalá fue, sencillamente, inenarrable. Nadie daba crédito al fervor que mostraban todos aquellos fieles. Aplaudían cada levantá, cada fuerte de las marchas, cada paso de los costaleros, no paraban de decirle piropos a la Virgen, se escucharon algunos muy significativos. "¡Viva la embajadora de Sevilla en Madrid!". "¡Gracias Sevilla por traernos esto tan bonito!". "¡Bienvenidos a Madrid!". Los gritos a la Virgen, como si se tratara del Rocío, se repetían sin solución de continuidad. Incluso desde algún punto se escuchó el famoso: "¡Macarena, guapa, guapa y guapa...!".
El arzobispo Asenjo, que también llamó al paso, quiso dar las gracias a la hermandad por haber ido a Madrid: "Es una ocasión de oro para que Sevilla se haga presente en Madrid con un trocito de su Semana Santa, que es la mejor de España, y muestre toda la riqueza de su piedad popular. Estoy muy agradecido a la hermandad que me ofreció traer a la Virgen a la JMJ. Ellos tienen la conciencia de que no se han equivocado. Hubiera sido muy triste que no hubiera estado en presencia del Papa ningún paso sevillano. Por eso el arzobispo está feliz y da gracias a Dios y a los Panaderos". El prelado y el obispo auxiliar abandonaron el cortejo unos minutos después, y por indicación de la Policía, fueron acompañados por los hermanos mayores de la Vera Cruz, Francisco Berjano; la Estrella, Manuel Domínguez; San Isidoro, Guillermo Mira; y el Santo Entierro, Luis Miguel Onieva, ante el temor de que pudieran cruzarse con algún grupo que pudiera increparles.
Las marchas se iban sucediendo unas tras otras. Coronación, Estrella Sublime, Pasan los campanilleros, Virgen de los Negritos, Reina de Triana... Aquello era una locura. Todo se había desbordado. No cabía un alfiler en la calle de Alcalá, que precisamente no es de reducidas dimensiones. Los señores del Consejo bromeaban pensando cómo sería una carrera oficial por allí: "Tomás Vega ha estado todo el camino calculando cuantas sillas se podrían poner", comentaba con guasa Andrés Martín. Al alcalde Zoido también se le vio disfrutar delante del paso. Lo mismo que a Gregorio Serrano, delegado de Fiestas Mayores (y unas cuantas cosas más); y a su director de área, Rafael Rivas. "Cangrejeando por la calle de Alcalá...", decía. Serrano acompañó a la Virgen hasta la Puerta del Sol y se le vio disfrutar muy mucho. Las dos chicotás con Campanilleros y Encarnación coronada, cantada por todo el mundo, fueron de pelos de punta. Es justo también reconocer el trabajo que ha desarrollado durante muchos meses Antonio Mejías, comisario de la hermandad para la JMJ. También iba muy feliz delante del paso. "Ya he soltado hasta la vara". Han sido muchas las cosas que había que preparar y ayer en la madrugada tuvieron su recompensa.
El paso seguía avanzando a una velocidad pausada, que no lenta, como andan los pasos de palio en Sevilla, Alcalá arriba. El gran Juan Borrero, orfebre y capataz, tuvo la dicha de mandar el paso algunos metros. En la esquina con Sevilla un coro rociero interpretó algunas canciones. El público también se animaba con oraciones y cantos. A las 00:30 entraba la Virgen en Sol, convertida en Campana por una noche, a los sones de La Madrugá. La bulla que arrastraba el paso desde la salida cada vez se hacía mayor. Ya se habían acabado las vallas. Los furgones aparcados ante la Comunidad y la fuerte presencia policial denotaban que había habido tensión.
Volvieron a aparecer los hermanos mayores que escoltaron al arzobispo. "Mi vara la lleva fray Ricardo", comentaba el de la Estrella. A partir de aquí, el cortejo entró en un recorrido más íntimo. Se quedó el público de Sevilla, que era suficiente para llenar las calles. En Arenal, la comitiva se mezclaba con los jóvenes que iban a la Joy Slava. Las velas de la candelería estaban muy gastadas después de tantas horas en la calle. Volvió a sonar Campanilleros en la calle Carmen. Magnífica la banda de Santa Ana durante toda la noche. La Virgen entró a las 2:30 en la iglesia del Carmen tras una emocionante vuelta en redondo.
Fue una procesión vibrante como no se recuerda otra. Había que estar en Madrid para vivirlo. La Virgen de Regla se despide hoy de los fieles, que para siempre la llevarán en su corazón, con un besamanos absolutamente extraordinario durante todo el día y una misa de acción de gracias presidida por monseñor Asenjo a las 20:00.
Los hermanos de los Panaderos y los cofrades de Sevilla pueden estar más que satisfechos.
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